PABLO ORLANDO VERGARA TOLEDO


Pablo Vergara nació en Santiago de Chile el 7 de septiembre del año 1963, siendo el hijo mayor de Manuel Vergara y Luisa Toledo, quienes lo recibieron con mucha alegría y afecto.
Ellos viven justo enfrente de la Villa Francia, población que además de ser políticamente muy activa y emblemática, es una población solidaria y unida entre los vecinos.
Pablo tiene una infancia llena de estímulos y crece rodeado de sus hermanos Eduardo, Rafael, Anita y muchos amigos de su población que compartían diariamente largas horas de juegos y risas.
Es un niño tranquilo, alegre, responsable, estudioso, le gusta investigar, ir al
fondo de las cosas, es un ejemplo para sus hermanos menores y un orgullo para sus padres.
Sus primeros estudios los hace en la Escuela de Educación básica N° 50 de Santiago. Los estudios secundarios los realiza en el Liceo Don Bosco
Ya de joven Pablo siempre está pendiente de los demás, ayudando a sus compañeros en los estudios, apoyando a sus amigos en la población y participando en las organizaciones juveniles del sector de la Villa Francia.
Siente una gran sensibilidad frente a las injusticias que se viven a diario con la dictadura lo que lo motiva a actuar, participando activamente en las organizaciones, es por esto que sigue siendo no solo un ejemplo para sus hermanos sino también para los compañeros de la Villa, ganándose así el apodo de “el maestro”.
En 1981 es aceptado en la Universidad de
Santiago, donde estudia Arquitectura. Estando aquí es donde se mete de lleno al MIR, llegando al poco tiempo a militar en las bases de éste partido, comprometiéndose seriamente en la lucha antidictatorial y es por esto que entra de lleno en la mira de los organismos represivos.
En julio de 1984 es allanado su hogar desde donde es sacado violentamente por la policía y llevado a la 218 Comisaría, donde es interrogado y torturado por la CNI. Después de esto debe abandonar su hogar. En marzo de 1985 asesinan a sus hermanos Eduardo y Rafael y él debe partir al exilio junto a su hermana Anita. Esta decisión para Pablo es muy cruda ya que siempre tuvo la convicción de que se debía estar al frente de la lucha, pero en esas condiciones no le quedó otra opción.
. España los acoge. Allí realiza una campaña de denuncia de los asesinatos de sus hermanos, el caso Degollados y la muerte de Paulina Aguirre ocurridos casi simultáneamente.
En 1986 Pablo y Ana viajan a Buenos Aires para estar más cerca de Chile.
Vuelven al país en forma clandestina en marzo de 1988, Pablo tenía 25 años.
En la noche del 5 de Noviembre de 1988, tras una fuerte explosión cercana a una torre de energía eléctrica en el cerro Ñielol de Temuco, se encuentran los cadáveres mutilados de Pablo Vergara y Araceli Romo, ambos militantes del MIR. La prensa difunde que murieron al colocar una bomba. Los grupos de Derechos Humanos evidenciaron numerosas incoherencias en la versión oficial: Las piernas de Araceli no mostraban lesiones de bomba pero desde la cintura para arriba no quedaba nada del cuerpo, lo cual es imposible suponiendo que el artefacto explotara mientras ella estaba agachada manipulándolo; Araceli vestía zapatos de tacón, impropios para una misión así; las cédulas de identidad estaban intactas pese a que los cuerpos estaban destrozados; los estopines eléctricos y detonadores encontrados no servían para ese tipo de acción; y se usó TNT del que sólo disponía el ejército.
Hasta el día de hoy, no se ha podido realizar una investigación que aclare los hechos contradictorios que fueron emitidos en ese momento.
Como en tantos otros casos, la perdida de nuestro combativo Pablo esta siendo impune por las manos de los que hoy tienen el poder, los mismos que en ese momento lo estaban transigiendo en nombre de la vida y la justicia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pablo, Araceli, Eduardo, Rafael y muchxs otros nos sirven de ejemplo para continuar su legado anti fascista! Por la destrucción del capital!